~ A veces da miedo abrir los ojos, porque por ahí los abris y ves todo alreves, y eso es lo que en verdad da miedo, los cambios. Como un chico que juega a las escondidas tapándose, los ojitos, creyendo que así no lo ven. Uno a veces cierra los ojos, como si así fueran a desaparecer los problemas. Uno detesta y ama, a esa persona o a ese espejo que te canta las cuarentas. Uno detesta y ama, a quien abre tus ojos. Abrir los ojos tiene gusto a membrillo con queso, es agridulce. Por un lado como que se pierde la magia, pero por el otro, se sale del engaño. A veces lo que tenemos que ver es tan horrible, que tenemos que hacer la vista gorda y cerrar los ojos y vivir en una cajita de cristal. Y otras veces la burbuja se pincha, no queda otra que abrir los ojos, y mirar lo que no queremos ver, el corazón se nos estruja y nos quedamos sin aire ahogados. Duele abrir los ojos, es como salir de la oscuridad que la luz te enceguece. Ojos que no ven, corazón que no siente, mejor mirar para otro lado dicen, meter la cabeza bajo la tierra como hace la avestruz. Pero para que algo cambie ahí que romper la burbuja, hay salir de la cajita de cristal, abrir los ojos y animarse, aunque lo que halla para ver nos estruje el corazón.
martes, 6 de octubre de 2009
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