viernes, 2 de octubre de 2009

Flotando en el viento


Cuando no sabes a donde vas, cualquier camino puede servir. Dan miedo los cruces de camino, da miedo partir, da miedo volver. Las preguntas, las respuestas, dan miedo. Si no sabes hacia a donde vas, lo mejor es dejarte llevar, como flotando en el viento. A veces hay que desprenderse del equipaje, y como una pluma dejarse llevar por el viento, como decía el poeta González Tuñon, para que cada paso, un paisaje, una emoción, o una contrariedad, nos recoinciden con la vida pequeña y su muerte pequeña. Para que un día nos quede unos cuantos recuerdos, para poder decir: estuve en tal pasión. Para decir estuve en tal pueblo fantasma en tal amistad, diciendo tal cosa. Para poder decir, yo estuve ahí. Para poder hacer todo eso, es necesario, no temerle a partir, ni a volver. Porque estamos en una encrucijada de caminos que parten y que vuelven, si no sabemos a donde ir, hay que dejarse llevar por el viento. El viento lleva, y a la vez trae. El viento nos puede llevar a lugares insospechados flotando en aire, están todas las preguntas y todas las respuestas. Y flotando en el viento, iremos a donde debemos ir ~

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