miércoles, 7 de octubre de 2009

~ Si sabes que se viene un huracán ¿no te escondes veinte metros bajo tierra para evitarlo? Cuando uno ve venir el quilombo tiene dos alternativas. Ir y ponerle el pecho, jugarse, o retirarse. Si sabes que te van a atacar mejor atacar antes ¿no? El que pega primero pega dos veces. Si ves venir la piña, mejor anticiparse ¿no? Si sabes que te quieren meter en cana ¿No es mejor escapar? ¿No dicen que si escapas servís para otra guerra? Si sabes que te van a cortar el rostro, mejor ni tirarse a la pileta ¿no? Si sabes que te van a decir que no, ¿para qué preguntar?
Pero ¿y si te equivocas y te retiras de la cancha pero tenías muchas chances para ganar? ¿Y si atacas antes de que te ataquen pero en realidad nadie te iba a atacar? ¿Si te escapas de gusto porque nadie te iba a encerrar en ningún lado? ¿Y si vos decís que no antes de que te corten el rostro pero en realidad el otro quería decir si? ¿Y si dejas antes de que te dejen para no sufrir? Y resulta que no te iban a dejar. Cuando me la veo venir, yo no soy de las que pone la cara para el cachetazo. Es muy cobarde, ya sé. Pero es tan grande el dolor cuando te dejan que mejor dejar antes de ser dejado
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